jueves, 17 de mayo de 2012

LOS EXFERROCARRILEROS, EN PIE DE LUCHA


Desde que el gobierno federal vendió la paraestatal Ferrocarriles Nacionales de México, hace ya casi dos décadas, estableció un fideicomiso para garantizar las jubilaciones y todo tipo de prestaciones a las que tenían derecho quienes hasta entonces fueron sus trabajadores. Todavía, en los primeros días de este mes de abril de 2011, Víctor Flores Morales, dirigente del sindicato ferrocarrilero, en diferentes medios, presumió su “gestión” ante el Congreso de la Unión para que el fideicomiso se fortaleciera con más de mil millones de pesos y se garantizara así el derecho de los trabajadores. 


       Pero lo que no dicen el líder sindical ni las autoridades de ningún nivel es que en varios estados del país, y particularmente en el municipio de Empalme,  Sonora, existen miles de extrabajadores de dicha empresa que han peregrinando hasta 18 años en espera de que se les pague la jubilación proporcional, el apoyo de vivienda y hasta el seguro social. Los trabajadores han interpuesto cientos de demandas ante las autoridades laborales, sin embargo,  desde entonces y con diferentes subterfugios y chicanas, la empresa (o lo que queda de ella) se niega a reconocerles sus derechos.

       En este interminable batallar que dura casi dos décadas, han sido actores muy importantes para que no se les reconozca el derecho a los trabajadores, desde el sindicato titular del contrato colectivo al momento de la venta de la empresa (quien debió haber incluido a todos los trabajadores en la liquidación, la jubilación o la recontratación y el reconocimiento de todos sus derechos), hasta los integrantes de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje No. 23 de Hermosillo, Sonora y otras, que han tenido en sus manos durante años y años las demandas, aplicándoles todo el retraso posible a los procedimientos y negando todo tipo de información a los trabajadores interesados, con lo que los ponen en manos de los abogados corruptos y convenencieros que les informan lo que se les pega la gana. 

       Muchos trabajadores que iniciaron estas reclamaciones han fallecido y ahora sus viudas y familiares siguen en espera de justicia. Pero los que aún quedan con vida y particularmente los extrabajadores de Empalme, no están ya dispuestos a morir sin que se cumplan sus derechos. Mucho tiempo dejaron pasar sin hacer otra cosa que esperar a que los abogados les resolvieran sus demandas, pero ya se dieron cuenta  de que gracias al contubernio charros-gobierno-patrón-abogados, jamás resolverán su problema si continúan en una actitud pasiva. Es por eso que ahora, además de continuar con los trámites jurídicos, se han unido y se han puesto a luchar con marchas y otras acciones ante los gobiernos estatal y federal  para reclamar lo que es suyo y de sus familias.

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