lunes, 23 de abril de 2012

PRIVATIZACIÓN DEL IMSS: CARAMBOLA DE TRES BANDAS

         El 10 de noviembre, el Secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos y el Director General del IMSS, Daniel Karam Toumeh, declararon que el IMSS está gravemente enfermo, en fase terminal; le quedan sólo dos años de vida y por ello urge que el poder legislativo le asigne más recursos e instrumente “las reformas que sean necesarias” para salvarlo, sin dejar de “aclarar” que lo que se busca no es la “privatización” del IMSS, sino sólo su “rescate”.


            Los trabajadores con conciencia de clase debemos aprender a leer y descifrar acertadamente el verdadero mensaje que contienen las declaraciones de los políticos del sistema, y existe para ello una regla infalible: interpretemos lo que ellos declaran exactamente en sentido contrario de como lo expresan verbalmente. Por ejemplo, si un alto funcionario dice que no habrá crisis económica, entonces debemos concluir que la habrá; si dice que se tratará sólo de un catarrito, entonces debemos advertir que será una grave bronconeumonía. Exactamente lo mismo sucede en este caso; si declaran que no se busca privatizar el IMSS, los trabajadores debemos concluir que es precisamente eso lo que quieren, privatizar el IMSS.

            La privatización del IMSS ha comenzado desde ya hace muchos años, como lo demuestran el “concesionamiento” de las guarderías infantiles, los servicios de intendencia, de seguridad, etc., que hoy se han convertido en lucrativas empresas privadas. Pero, si hay una prueba irrefutable y demoledora de la intención de convertir al IMSS en un inmenso negocio privado, ahí tenemos la privatización del fondo nacional de ahorro para el retiro de los trabajadores, a través de las AFORES, SIEFORES, AMAFORES y demás yerbas. Más de un Billón de pesos (la suma total del ahorro de todos los trabajadores), que hasta hace 13 años “administraba” el IMSS para garantizar a los trabajadores una pensión, hoy lo jinetean alegremente una veintena de bancos y empresas poderosas, como BANCOMER, BANAMEX, COPPEL, METLIFE, etc.

El gobierno panista intenta hacer, entonces, una carambola de tres barandas: una, deshacerse de la pesada y fastidiosa carga económica y social que significa para el Estado administrar el sistema nacional de salud; dos, poner en manos de los capitalistas un fabuloso negocio para jinetearlo sin clemencia; tres, un adelgazamiento drástico del aparato burocrático del Estado, que es el sueño dorado de la burguesía de todos los países: un gobierno fiel, eficiente y, sobre todo, barato.

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